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Localización: Varias localidades

Caracterización general:

El ganado bravo tiene una gran tradición desde tiempos prehistóricos, de esta forma, el toro es el animal más venerado por las tribus preromanas en el sur de la Península. Otras civilizaciones del Mediterráneo que han recabado por estas tierras, han seguido manteniendo vivo el mito del toro, creándose en Europa una especie de aureola en torno a este animal que lo alzó a los puestos más importantes del imaginario colectivo. El toro es una de las figuras que desde el arte primitivo, Lascaux o Altamira, hasta nuestros días, Picasso o el cartel de Osborne, ha generado, y genera, imágenes y pasiones. Esta costumbre y exaltación hacia este animal, se expresa claramente en el número de fincas dedicadas a la cría del toro, concentradas en Guillena (Valmesto, Juan José González, Soto de la Fuente y El Serrano), Villanueva del Río y Minas (Aquilino Fraile, Manuel Caro Andrade y Javier Molina), Villaverde del Río (Astolfi) y Lora del Río (Manuel Bajo). En las nueve ganaderías con las que cuenta Gran Vega, se dan una serie de similitudes, como sus enormes extensiones de terreno, de varios cientos de hectáreas en el caso de la más pequeña (Manuel Caro Grande), a más de mil hectáreas en la mayor (El Serrano). En estos inmensos dominios, se crían los ejemplares de toros bravos en parajes formados por dehesas. Desde que son paridos, hasta el momento de su sacrificio en la plaza, viven una vida campestre en semilibertad. En todas ellas también hay casas típicas del campo andaluz, como es el cortijo (uno de los más destacables es el de Javier Molina), pero, igualmente, están dotadas de instalaciones imprescindibles para la cría del ganado, como los correderos, establos para el marcado del ganado, plazas de toros o tentaderos, etc. La del toro no es la única actividad de las ganaderías, casi todas se dedican a la cría de otros animales como el cerdo ibérico o caballos, así como a actividades agrarias –cultivo de cereal, olivo, etc.-. De igual modo, el mundo del turismo ha propiciado que, algunos de estos santuarios de la cría del toro, se estén diversificando, atrayendo a turismo desde el punto de vista del toro y por su belleza natural. Al ser propiedades privadas en las que se mantiene una actividad económica el grado de conservación es bueno, en general.

Valoración turística: interesante

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