1328179567_grandeCurro Jiménez es el nombre, mitad historia y mitad leyenda, que recibió el bandolero conocido como “el barquero de Cantillana” o “Andrés El Barquero” (apodo heredado de su padre Andrés López Muñoz), aunque su verdadero nombre fue Francisco López Jiménez.

Nació en Cantillana en 1819 y, según cuenta la leyenda, parece que el Ayuntamiento no quiso otorgarle la concesión de la barca del Guadalquivir, que en justicia le correspondía, tras la muerte de su padre. Contrariado se marchó a la sierra donde ejerció de bandido generoso, como otros tantos bandoleros del siglo XIX. Dicen que de vez en cuando se le veía por el pueblo, donde venía a escondidas para ver a su madre, a su novia o a visitar a la patrona en su ermita de la Soledad,.

Otras historias cuentan que más de diez años se llevó Francisco, echado al monte, por causa de un «aristócrata» de Cantillana, que se atrevió a pegarle fuego a la chalana de su padre. Francisco fue en su busca, peleó con él (en buena lid) y terminó apuñalándolo.
Su primer refugio, su base de operaciones, fue El Risco «Colorao», un lugar inaccesible, aún hoy, si no es a pie o a lomos de caballería.
Desde allí hacía incursiones a las haciendas de los terratenientes, a los que desvalijaba de dinero, joyas, caballos… ¡ y obras de arte!.
El azar y las paradojas de la vida dieron en coincidir en que un verdadero aristócrata, el Duque de Villapineda, le diera escondite y abrigo en su finca de La Fuente Luenga, cerca de los barrancos y canchales (las grandes piedras que allí llaman «cachones») de El Ronquillo.

La historia termina de complicarse cuando Andrés reconoce (en un asalto) a María, ¡la hija del alcalde de Cantillana!, y caen enamorados y entablan relaciones… clandestinas, naturalmente.

Desde la Sierra conseguía, con cierta frecuencia, visitar su pueblo para ver a su madre, a su novia y, siempre, siempre, para postrarse y rezarle a la Virgen de la Soledad, patrona de Cantillana.
Andrés frecuentó mucho los alrededores de la mal llamada Ruta de la Plata.

Murió a tiros por la Guardia Civil el 6 de noviembre de 1849, tras ser delatado por algunos de sus compañeros. Parte de ello es cierto, ya que murió de un tiro en la cabeza mientras él y su banda luchaban contra la Guardia Civil, a las órdenes del teniente Francisco del Castillo, tras haber sido esta conducida hasta su escondite en la Serranía de Cazalla por uno de sus compañeros (un hombre de unos 40 años algo cojo) que había sido capturado mientras deambulaba por el monte; otras fuentes cuentan que su delator fue un manijero de un cortijo cercano, que lo delató para que lo sorprendieran los justicias y lo ejecutaran.

Esto sucedió realmente el día 2 de noviembre de 1849, lo que no se sabe es lo que ocurrió con su amor, María, la guapísima hija del alcalde… .

Existe una versión novelada de su vida, en la que se basó la serie de televisión Curro Jiménez, por la que se hizo muy popular. Sobre este tema desarrollaremos un monográfico aparte.

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