1328179888_grandeDesde tiempo inmemorial existe un refrán que dice: “El Diablo está en Cantillana y el Obispo en Brenes”, queriéndose señalar con esta expresión que hay turbaciones e inquietudes en alguna parte.

El origen de esta expresión lo encuentran algunos en un episodio relacionado con Don Pedro I El Cruel, que tuviera lugar en Cantillana. Otros hablan de un obispo que tenía hacienda en Brenes, mientras que unos sobrinos suyos andaban cometiendo desafueros por Cantillana.

La expresión llegó a ser muy popular y conocida, recogiéndola Cervantes en el Quijote, donde la pone en boca de Sancho Panza . El escritor astigitano de nuestro Siglo de Oro, Luis Vélez de Guevara, tiene escrita una obra basada en este dicho, cuya acción se desarrolla en Cantillana y cuyo título coincide con el refrán.
De esta obra sacamos la siguiente reseña:
Esta obra se inspira en sucesos del siglo XV. Un capitán bajo las órdenes de Jofre Tenorio, almirante de Castilla durante las turbulencias de la minora de Alfonso XI recorre las cercanas de Sevilla sembrando el pánico. El capitán ejercía especialmente sus desafueros en Cantillana, por lo que los arrieros y caminantes se alejaban del lugar y acostumbraban a decir: Vámonos por otra parte, porque el diablo está en Cantillana. El diablo también podría ser en el imaginario popular el maestro Juan Pacheco, que acompañaba al rey Enrique IV en su viaje a Sevilla en 1469. Pacheco era una persona muy odiada en la capital sevillana, por lo que no se atrevía a entrar en ella y se hospedaba en Cantillana. Hasta allí tenía que desplazarse el rey cada vez que quería despachar algún asunto con el aborrecido maestro. Luis Vélez ha cambiado los personajes y parte de la trama pero mantiene como trasfondo de su obra la leyenda de Cantillana.

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